Esta es la historia detrás de Condromalacia Rotuliana

Hola, mi nombre es Edu Castel, soy fisioterapeuta y tengo condromalacia rotuliana. Soy un chico de Barcelona al que diagnosticaron condromalacia rotuliana en el 2013. Antes de empezar con el dolor de rodilla, hacía mucho deporte, practicaba boxeo en uno de los mejores gimnasios de España y para mejorar mi rendimiento, paralelamente salía a correr y hacía entrenamiento de fuerza.

Todo empezó con una molestia a la que no hice caso y que fue en aumento por no gestionarlo como debía, ya que continuaba entrenando con la misma intensidad soportando el dolor. Finalmente llegó un punto en que tuve que reducir drásticamente el ejercicio, pues el dolor no me dejaba entrenar a gusto. El problema seguía ahí e iba en aumento porque reducí el ejercicio, sí, pero el tipo de ejercicio que hacía era el mismo.

Después de varios meses el dolor ya estaba presente en mi día a día y decidí acudir al médico. Me mandó hacer una resonancia y… tachán, condromalacia rotuliana. Para explicarme lo que era, me dijo que tenía desgaste prematuro del cartílago. Teniendo 19 años en aquel momento, no das creces. Me recomendó algunos ejercicios que estaban a años luz de intensidad de lo que venía haciendo.

Cuando llevas tiempo haciendo tanto ejercicio y a una alta intensidad, es muy difícil aceptar de golpe que ya no tienes la misma condición física y que no puedes estar al mismo nivel. Y aún más cuando no acabas de entender qué es lo que está sucediendo, ya que no tienes una lesión evidente como puede ser una rotura del ligamento cruzado anterior que tiene un protocolo de recuperación asociado y pasado cierto tiempo, vuelves al ruedo. Me sentía muy perdido.

Es verdad que hay ciertos protocolos de actuación para la condromalacia rotuliana, pero cualquiera que tenga una condromalacia rotuliana que le esté dando por c*lo (perdón por la expresión), sabe que esos ejercicios no son suficiente o incluso que algunos de los que se indican, puedan provocar dolor. Esta lesión, requiere algo más que simplemente seguir una pauta de ejercicios. Algo más que muy pocos profesionales saben y que personalmente he ido adquiriendo con los años.

Después de tener mi diagnóstico, los meses, e incluso años, pasaban y la situación iba a peor. El dolor ya no solo era dolor de rodilla, empecé a sentir un ardor que iba desde el culo, recorriendo la parte posterior de la pierna, hasta la planta del pie que no me dejaba estar de pie ni 10 minutos. Sin mencionar los pinchazos que notaba en la pata de ganso. Esos años, 2014, 2015 y 2016 fueron los peores, realmente toqué fondo. En esos años recuerdo que el ejercicio que hacía, a veces inexistente, era una montaña rusa con tendencia descendente. En el libro Explicando el dolor de David Butler lo explica muy bien y me sentí muy identificado.

Ascenso - caída

Recuerdo perfectamente una época en la que mi vida social se redujo drásticamente por culpa del dolor. Decía que no a muchos planes porque sabía que iba a acabar destrozado o que no iba a disfrutar por culpa del dolor. Lo peor de todo era que la gente cercana a mí, no se acababa de creer lo que me pasaba. El mazazo psicológico era muy grande.

Todo esto sin mencionar la cantidad de médicos, fisioterapeutas y osteópatas que visité sin éxito. Llegué incluso a infiltrarme ácido hialurónico, reconozco que me fue muy bien, pero el efecto duró solo un mes.

Sinceramente, reconozco que era tonto. Ya llevaba unos años con la canción y empezaba a notar claramente lo que me iba bien y me hacía mejorar y lo que no. El problema era la impaciencia, yo quería estar al nivel que había estado y a la mínima que me notaba un poco mejor, subía la intensidad y vuelta cuatro pasos atrás.

Paralelamente estaba estudiando la carrera y doy gracias a los buenos profesores que tuve y también a los profesionales que me encontré en mis prácticas. Por suerte, en el último año de carrera hice las prácticas en el Futbol Club Barcelona. En esa bonita estancia, aprendí muchísimos ejercicios, ejercicios realmente indicados para mi momento. Además, uno de los profesores que tuve en el cuarto año, trabajó como fisioterapeuta en la Real Sociedad y también me enseñó muchas cosas muy útiles, entre ellas, un libro al que se lo debo casi todo: Explicando el dolor, de David Butler (descargar).

Además, se me olvida mencionar que mi trabajo de final de grado (TFG) lo hice sobre la condromalacia rotuliana. Todo este cocktail: aprender ejercicios realmente útiles, el libro, el aprendizaje gracias al TFG y la experiencia de 4 años con dolor, marcó un punto de inflexión.

El punto de inflexión llegó en el 2017. En ese año, toda la experiencia que llevaba a mis espaldas, contrastada con el libro Explicando el dolor y la evidencia científica y los ejercicios que aprendí, propició a que empezara a hacer las cosas bien y con paciencia.

Poco a poco notaba que iba mejorando. Aun así, había veces que una fiesta con los amigos o un ejercicio con algo más de intensidad, me mandaba tres escalones abajo.

A mediados del 2019 ya tenía el dolor y la lesión dominados, sabía perfectamente lo que tenía que hacer en cada momento para mejorar o para evitar recaídas y en caso de tenerlas, sabía perfectamente qué hacer para volver al ruedo rápidamente.

Como ves, han sido 6 años desde el momento en que me diagnosticaron la condromalacia rotuliana hasta poder decir que mejoré notablemente. No quiero decir que a ti te vaya a llevar todo este tiempo, de hecho no es necesario. Si en el 2013 hubiera dado con un profesional con los conocimientos y experiencia que tengo yo ahora mismo, estoy seguro que ese dolor hubiera sido algo pasajero y a día de hoy tendría una condición física muchísimo mejor, porque no nos engañemos, me encuentro bien, sí, pero después de tanto tiempo, noto claramente que mi rodilla no está al 100%, pero sé perfectamente cómo gestionarlo y puedo hacer todo lo que me gusta.

Soy consciente que igual que me pasó a mí, hay mucha gente en una situación parecida. Es bastante común no encontrar los profesionales adecuados y además, la información de diferentes blogs que hay en Internet no es de gran ayuda, ya que en la mayoría de ocasiones las narrativas no son las más acertadas y los ejercicios que se recomiendan o rozan lo inútil o no son los adecuados para la mayoría de casos.

Este es el motivo por el que empecé este proyecto. Poner a la disposición de la gente mi experiencia y mis conocimientos para que no tengan que pasar por lo que yo he pasado y puedan recuperarse en un plazo de tiempo mucho más reducido.

Espero de corazón que todo lo que encuentres en este pequeño espacio, te sea de utilidad y puedas aliviar tu dolor.

Resonancia Magnética Condromalacia Rotuliana
Esta es la segunda resonancia que me hice, cuando el dolor empezó a expandirse por toda la pierna. La primera del 2013 no la encuentro.

Hola, mi nombre es Edu Castel, soy fisioterapeuta y tengo condromalacia rotuliana. Soy un chico de Barcelona al que diagnosticaron condromalacia rotuliana en el 2013. Antes de empezar con el dolor de rodilla, hacía mucho deporte, practicaba boxeo en uno de los mejores gimnasios de España y para mejorar mi rendimiento, paralelamente salía a correr y hacía entrenamiento de fuerza.

Todo empezó con una molestia a la que no hice caso y que fue en aumento por no gestionarlo como debía, ya que continuaba entrenando con la misma intensidad soportando el dolor. Finalmente llegó un punto en que tuve que reducir drásticamente el ejercicio, pues el dolor no me dejaba entrenar a gusto. El problema seguía ahí e iba en aumento porque reducí el ejercicio, sí, pero el tipo de ejercicio que hacía era el mismo.

Después de varios meses el dolor ya estaba presente en mi día a día y decidí acudir al médico. Me mandó hacer una resonancia y… tachán, condromalacia rotuliana. Para explicarme lo que era, me dijo que tenía desgaste prematuro del cartílago. Teniendo 19 años en aquel momento, no das creces. Me recomendó algunos ejercicios que estaban a años luz de intensidad de lo que venía haciendo.

Cuando llevas tiempo haciendo tanto ejercicio y a una alta intensidad, es muy difícil aceptar de golpe que ya no tienes la misma condición física y que no puedes estar al mismo nivel. Y aún más cuando no acabas de entender qué es lo que está sucediendo, ya que no tienes una lesión evidente como puede ser una rotura del ligamento cruzado anterior que tiene un protocolo de recuperación asociado y pasado cierto tiempo, vuelves al ruedo. Me sentía muy perdido.

Es verdad que hay ciertos protocolos de actuación para la condromalacia rotuliana, pero cualquiera que tenga una condromalacia rotuliana que le esté dando por c*lo (perdón por la expresión), sabe que esos ejercicios no son suficiente o incluso que algunos de los que se indican, puedan provocar dolor. Esta lesión, requiere algo más que simplemente seguir una pauta de ejercicios. Algo más que muy pocos profesionales saben y que personalmente he ido adquiriendo con los años.

Después de tener mi diagnóstico, los meses, e incluso años, pasaban y la situación iba a peor. El dolor ya no solo era dolor de rodilla, empecé a sentir un ardor que iba desde el culo, recorriendo la parte posterior de la pierna, hasta la planta del pie que no me dejaba estar de pie ni 10 minutos. Sin mencionar los pinchazos que notaba en la pata de ganso. Esos años, 2014, 2015 y 2016 fueron los peores, realmente toqué fondo. En esos años recuerdo que el ejercicio que hacía, a veces inexistente, era una montaña rusa con tendencia descendente. En el libro Explicando el dolor de David Butler lo explica muy bien y me sentí muy identificado.

Ascenso - caída

Recuerdo perfectamente una época en la que mi vida social se redujo drásticamente por culpa del dolor. Decía que no a muchos planes porque sabía que iba a acabar destrozado o que no iba a disfrutar por culpa del dolor. Lo peor de todo era que la gente cercana a mí, no se acababa de creer lo que me pasaba. El mazazo psicológico era muy grande.

Todo esto sin mencionar la cantidad de médicos, fisioterapeutas y osteópatas que visité sin éxito. Llegué incluso a infiltrarme ácido hialurónico, reconozco que me fue muy bien, pero el efecto duró solo un mes.

Sinceramente, reconozco que era tonto. Ya llevaba unos años con la canción y empezaba a notar claramente lo que me iba bien y me hacía mejorar y lo que no. El problema era la impaciencia, yo quería estar al nivel que había estado y a la mínima que me notaba un poco mejor, subía la intensidad y vuelta cuatro pasos atrás.

Paralelamente estaba estudiando la carrera y doy gracias a los buenos profesores que tuve y también a los profesionales que me encontré en mis prácticas. Por suerte, en el último año de carrera hice las prácticas en el Futbol Club Barcelona. En esa bonita estancia, aprendí muchísimos ejercicios, ejercicios realmente indicados para mi momento. Además, uno de los profesores que tuve en el cuarto año, trabajó como fisioterapeuta en la Real Sociedad y también me enseñó muchas cosas muy útiles, entre ellas, un libro al que se lo debo casi todo: Explicando el dolor, de David Butler (descargar).

Además, se me olvida mencionar que mi trabajo de final de grado (TFG) lo hice sobre la condromalacia rotuliana. Todo este cocktail: aprender ejercicios realmente útiles, el libro, el aprendizaje gracias al TFG y la experiencia de 4 años con dolor, marcó un punto de inflexión.

El punto de inflexión llegó en el 2017. En ese año, toda la experiencia que llevaba a mis espaldas, contrastada con el libro Explicando el dolor y la evidencia científica y los ejercicios que aprendí, propició a que empezara a hacer las cosas bien y con paciencia.

Poco a poco notaba que iba mejorando. Aun así, había veces que una fiesta con los amigos o un ejercicio con algo más de intensidad, me mandaba tres escalones abajo.

A mediados del 2019 ya tenía el dolor y la lesión dominados, sabía perfectamente lo que tenía que hacer en cada momento para mejorar o para evitar recaídas y en caso de tenerlas, sabía perfectamente qué hacer para volver al ruedo rápidamente.

Como ves, han sido 6 años desde el momento en que me diagnosticaron la condromalacia rotuliana hasta poder decir que mejoré notablemente. No quiero decir que a ti te vaya a llevar todo este tiempo, de hecho no es necesario. Si en el 2013 hubiera dado con un profesional con los conocimientos y experiencia que tengo yo ahora mismo, estoy seguro que ese dolor hubiera sido algo pasajero y a día de hoy tendría una condición física muchísimo mejor, porque no nos engañemos, me encuentro bien, sí, pero después de tanto tiempo, noto claramente que mi rodilla no está al 100%, pero sé perfectamente cómo gestionarlo y puedo hacer todo lo que me gusta.

Soy consciente que igual que me pasó a mí, hay mucha gente en una situación parecida. Es bastante común no encontrar los profesionales adecuados y además, la información de diferentes blogs que hay en Internet no es de gran ayuda, ya que en la mayoría de ocasiones las narrativas no son las más acertadas y los ejercicios que se recomiendan o rozan lo inútil o no son los adecuados para la mayoría de casos.

Este es el motivo por el que empecé este proyecto. Poner a la disposición de la gente mi experiencia y mis conocimientos para que no tengan que pasar por lo que yo he pasado y puedan recuperarse en un plazo de tiempo mucho más reducido.

Espero de corazón que todo lo que encuentres en este pequeño espacio, te sea de utilidad y puedas aliviar tu dolor.

Resonancia Magnética Condromalacia Rotuliana
Esta es la segunda resonancia que me hice, cuando el dolor empezó a expandirse por toda la pierna. La primera del 2013 no la encuentro.
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